martes, 24 de julio de 2012

EL MATRIMONIO NO SE IMPROVISA

En el matrimonio se pone en juego la vocación y el destino de dos personas que han decidido amarse para siempre y construir una familia cristiana. Por eso, es necesario que las personas que son llamadas a la vocación matrimonial, tengan una preparación adecuada. Así como los profesionales se preparan para ejercer su profesión, así también los futuros esposos y padres han de prepararse.
Jesús nos enseña a sus discípulos a estar preparados para salir a su encuentro, cuando llegue para alcanzar los bienes que ofrece.

"Para que el Sí de los esposos sea un acto libre y responsable, y para que la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y cristianos, sólidos y estables, la preparación al Matrimonio es la primera importancia."

 Por esa razón antes de tomar esa decisión tan importante en nuestras vidas deberíamos hacernos estas preguntas:
¿Consideramos que es necesario la preparación al matrimonio?¿En qué se basa nuestra opinión?
¿Qué esperamos lograr en nuestros encuentros de preparación al matrimonio?
En estos momentos, ¿creemos ambos estar suficiente mente preparados para contraer matrimonio?

 Pues no podemos olvidar que para los cristianos, el matrimonio, que tiene su origen en Dios creador implica además de una verdadera vocación al estado y vida de gracia particulares. Para llevar a la madurez esta vocación, se requiere una preparación adecuada y especial y un camino de fe y amor especifico, tanto mas que dicha vocación se otorga a la pareja para bien de la iglesia y de la sociedad.



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